martes, 27 de julio de 2010


MATEO 17:5
"Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a el oíd."

Extracto del “Periódico ARBOL DE LA VIDA”

Palabras del ministerio
En el capitulo 17 de Mateo, Pedro recibió una grandiosa revelación. El vio que Jesús es la persona que debería se oída:”Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia; a el oíd” (v.5).El proceso de transformación esta asociada a la experiencia de oír la palabra del Señor. Esta es una importante lección que el Señor quiere imprimir en sus hijos: siempre que recibimos una revelación, debemos pasar por la experiencia. En el capitulo 17:1-8, tenemos la revelación, y los versículos 24 al 27 hablan de la experiencia. Pedro recibió la revelación en el monte, pero fue probado en la planicie. Es durante la lectura de la Biblia, y en las reuniones de la iglesia es donde recibimos la revelación, pero es en nuestro diario vivir que somos probados. Podemos apreciar los montes, las altas revelaciones, pero Dios aprecia más lo que vamos a decir y hacer cuando bajamos del monte. Es solo cuando bajamos y practicamos la palabra de Dios que agradamos y somos útiles a El y a las personas. Es en el monte donde vemos a Dios, pero es solo cuando bajamos y practicamos su palabra que las personas pueden ver a Dios en nosotros.

Para cada revelación hay la correspondiente experiencia Recibir revelación no es le punto mas alto de la vida cristiana, sino tener esa experiencia de esa revelación. Muchos hijos de Dios están llenos de revelaciones, pero muchos están vacíos de experiencias con Cristo. Cuando le preguntaron a Pedro si el Señor Jesús pagaba impuestos, no titubeó, dijo que si. Pedro fue rápido, precipitado; el fue mas rápido que el mismo Dios. Pedro hablaba por si mismo. Esta es una característica de nuestra alma: se adelanta, no espera le hablar de Dios, no espera a la unción que se mueve diciendo lo que debemos hacer. El Señor estaba atento en todo momento lo que Pedro hablaba y decía. El le estaba siguiendo el rastro a Pedro. Ninguno de nosotros esta absolutamente libre. Estamos bajo el GPS de Dios, el sabe exactamente todo de nosotros. El como el Espíritu, como la unción nos pregunta y nos lleva a darnos cuenta de lo que hicimos, de lo que estamos haciendo y de la intención que tenemos. ¡Jesús es el Señor!



Agradecimientos a : www.vidaparatodos.com
Permanecer en nuestra fuente: Cristo Jesus


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